2 de abril - Día internacional del libro infantil 2007

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Los cuentos hacen resonar el mundo, Margaret Mahy

 

Nunca olvidaré la época en que aprendí a leer. Era muy pequeña entonces y las palabras correteaban ante mis ojos como pequeños escarabajos negros y escurridizos. Pero no lograron superar mi inteligencia. Aprendí a reconocerlas sin importar la velocidad de su carrera. Y por fin..., por fin pude abrir los libros y comprender lo que allí estaba escrito. Podía leer cuentos y chistes y poemas sin ayuda de nadie.

Tuve algunas sorpresas, además. La lectura me otorgó poder sobre los cuentos, pero, en cierto modo, también otorgó a los cuentos poder sobre mí. Jamás pude escapar de ellos. Es parte del misterio de la lectura.

Abres un libro, incorporas las palabras y, en el momento preciso, el cuento explota dentro de ti. Esos escarabajos negros que corren en hileras por la página blanca se transforman primero en palabras comprensibles y luego en imágenes y sucesos mágicos. Aunque parezca que ciertos cuentos no tienen nada que ver con la realidad…, aunque se disuelvan en sorpresas de todas clases y expandan la posibilidad en todas direcciones como si fuera una banda elástica, en última instancia los buenos cuentos nos permiten regresar a nosotros mismos. Están creados con palabras y a todos los seres humanos nos entusiasma la idea de vivir aventuras con palabras.

En un principio, la mayoría de nosotros somos oyentes. Durante nuestra etapa de bebés, nuestras madres y nuestros padres juegan con nosotros, recitan rimas, nos tocan los dedos de los pies (Este dedito compró un huevito) o nos enseñan a aplaudir (Tortitas, tortitas de manteca). Aparecen los juegos verbales y, durante la primera infancia, los escuchamos y nos hacen reír. Luego aprendemos a descifrar esos signos negros sobre la página lisa e, incluso cuando leemos en silencio, también se encuentra presente una voz particular. ¿De quién es esa voz? Podría ser la tuya, la voz del lector, pero es más que eso. Es la voz del cuento, que habla desde el interior de la cabeza del lector.

Sin duda, existen muchas maneras de contar cuentos en estos tiempos. El cine y la televisión cuentan historias, pero no utilizan la lengua del mismo modo que los libros. A los escritores que desarrollan guiones para televisión o cine se les suele recomendar que reduzcan la cantidad de palabras. “Dejemos que las imágenes cuenten la historia” dicen los expertos. Miramos televisión junto a otras personas, pero la mayoría de las veces estamos solos cuando leemos.

El mundo en que vivimos está abarrotado de libros. Parte del viaje del lector consiste en explorarlos mediante la lectura y en releer tiempo después. Parte de la aventura del lector consiste en encontrar en esa jungla de material impreso algún cuento que, como un mago, aparezca repentinamente ante sus ojos…, algún cuento tan emocionante y misterioso como para que el lector experimente una transformación. Creo que todo lector espera con ansias el momento en que algo se modifica en el mundo cotidiano y surge un nuevo chiste, una nueva idea, una nueva posibilidad con una verosimilitud propia que se construye mediante el poder de las palabras. “¡Sí, es cierto!” exclama esa voz interior. “¡Te reconozco!”. ¡Leer es fascinante!

Margaret Mahy

Traducción del original en inglés: Laura Canteros